Toda escuela que se proyecta en los marcos de la sociedad del conocimiento y de la información debe fortalecer su propuesta educativa sobre la base de tres pilares:
Alcanzar esta meta implica, para toda Institución Educativa, la revisión y reflexión constante de la práctica docente en las aulas
Es la de implementar, mejorar o recrear experiencias que lleven a los estudiantes a aprender, apoyados en:
Un maestro mediador | Así se asegurará el desarrollo de las funciones cognitivas básicas para que los niños entiendan con claridad y precisión las consignas, se ubiquen en el tiempo y el espacio, y muestren una actitud controlada. |
Procesos | Aquellos que garanticen ir de lo concreto a lo abstracto y viceversa; de la emoción al razonamiento, de la satisfacción y automatización de aprendizajes. |
Áreas o asignaturas organizadas y secuenciadas sistemáticamente | Permitirá a los estudiantes comprender su propio proceso de aprendizaje y evolución hacia una completa autonomía de su forma y estilo de aprendizaje que puede ser presencial, sincrónico y asincrónico. |
Enfoque orientado al desarrollo integral | Ofreciendo así un equilibrio entre las ciencias, las humanidades, las artes y la psicomotricidad. |
Recursos coherentes y alineados al área | Estos aportarán procedimientos, información y actividades que desarrollan el pensamiento, la argumentación y la transferencia de capacidades y competencias a la vida cotidiana. |
Si bien el reto es grande, innovar es una decisión que cada profesor toma cuando considera que su desempeño como profesor tiene aspectos que mejorar.
En ese sentido, la innovación en el colegio implicará visibilizar todas aquellas experiencias exitosas, socializarlas, recrearlas e implementarlas sobre los aspectos positivos de la práctica de cada docente, con el fin de –a partir de ello– buscar evidencia empírica que permita teorizar dichas experiencias.